SEXUALIDAD, GÉNERO Y SUICIDIO

 


El Día Mundial de la Prevención del Suicidio (DMPS), que se celebra anualmente el 10 de septiembre, tiene como objetivo general crear conciencia sobre la prevención del suicidio en todo el mundo. Los objetivos incluyen promover la colaboración y el autoempoderamiento de las partes interesadas para abordar la autolesión y el suicidio a través de acciones preventivas.

El suicidio es un problema de salud pública a nivel mundial, convirtiéndose en los últimos años como la principal causa de muerte en España entre jóvenes de 12 a 29 años de edad.

En la mayoría de los estudios llevados a cabo al respecto, la distinción que se suele hacer en cuanto al suicidio se centra principalmente en la diferencia entre hombres y mujeres, teniendo poco peso en la investigación la categoría “género”, considerando de este modo que hay identidades universales de lo masculino y lo femenino, cuando esto no es así, puesto que la sexualidad se vive de forma singular por cada ser humano.

De este modo, tendríamos que entender el suicidio como un fenómeno social, cuestionando los procesos coercitivos de las sexualidades y potenciar las diferentes formas de vivencia de las mismas como procesos protectores de la salud mental.

En cifras, más de millón y medio de personas se quitan la vida en el mundo cada año, con una tendencia generalizada en casi todos los países en donde los hombres tienen tasas más elevadas que las mujeres, aunque las mujeres son quienes realizan un mayor número de intentos.

Desde una mirada de género, habrá que tener en cuenta la socialización y el aprendizaje de la masculinidad y la feminidad como proceso constituyente y diferencial de la subjetividad de los seres humanos durante las diferentes etapas de la vida. En este sentido,  no existe una identidad esencialista y universal de lo masculino y de lo femenino, sino múltiples formas histórico-culturales de actuar, pensarnos y sentirnos como seres humanos.

Por otra parte, hay que tener en cuenta que el suicidio no solo expresa un deseo de morir, sino que también puede entenderse como una llamada de atención sobre el malestar de vivir en determinadas condiciones sociales.

De este modo, en el presente post, nos centraremos en la comprensión del acto de quitarse la vida como resultado de la relación entre la vivencia de una orientación sexual diferente y la violencia social vivida por el individuo a partir de ello.

En este sentido, los resultados de diferentes investigaciones muestran que la práctica de la homofobia ha conllevado en algunas personas sentimientos de represión, inadecuación, incapacidad, temor, culpa y vergüenza. Como consecuencia, en determinados momentos, la persona se aísla, con la consecuente ausencia de sentimientos de pertenencia y de búsqueda de ayuda. Todas estas vivencias negativas han tenido lugar en el tránsito histórico de los individuos por diferentes espacios de socialización, como la propia familia, la escuela o la comunidad, y se han esgrimido para explicar el intento por acabar con la vida por mano propia.


Son muchas las investigaciones que se apoyan en la Teoría del Estrés de las Minorías para explicar la relación entre las construcciones sociales de género y la ideación o el intento de suicidio. La Teoría del Estrés de las Minorías parte de la premisa de que la determinación de la salud de los grupos sociales minoritarios está estrechamente relacionada con su condición social minoritaria y con las formas en que se perpetúan la discriminación y las violencias hacia estos grupos desde el punto de vista estructural e interpersonal.

En líneas generales, personas con una orientación sexual o una identidad de género diferentes han sido discriminadas de diferente manera, lo que ha repercutido de forma negativa en sus emociones, llegando a convertirse en autoexclusión.

Los últimos estudios en conducta suicida apuntan que la homofobia internalizada es uno de los principales factores de riesgo en población LGB, así, en el Plan de Acción integral sobre la salud mental se recoge la necesidad de enfocar la prevención del suicidio en el colectivo de lesbianas, gays y bisexuales (LGB) por ser considerado un grupo vulnerable y de no disponer de suficientes datos relevantes sobre su situación con relación al suicidio. Se trata de un grupo compuesto por personas de diferentes edades y culturas y características heterogéneas; pero podemos apreciar que entre las principales similitudes están el sentimiento autopercibido de aislamiento y la discriminación que sufren.

En España, las cifras registradas en 2018 son de 3539 muertes por suicidio que corresponden a 2619 hombres y a 920 mujeres. De esas muertes por suicidio, 70 fueron atribuidas a personas de 15 a 19 años (52 hombres y 18 mujeres). Cuando una persona pertenece al colectivo LGB y a su vez está en la etapa adolescente, la probabilidad de realizar alguna conducta suicida aumenta. Esto se debe a los factores estresantes a los que se enfrentan las minorías sexuales por el hecho de serlo, así como a los factores propios de la adolescencia.

Así, que un adolescente pertenezca al colectivo LGB puede hacer que aumente hasta un 40% el riesgo de que exprese ideas suicidas o intente suicidarse respecto a sus contrapartes heterosexuales.

¡El suicidio se puede prevenir!

Las medidas clave de prevención del suicidio basadas en evidencia incluyen:

·         Restringir el acceso a medios para suicidarse (por ejemplo, armas de fuego, pesticidas, etc.),

·         Políticas de salud mental y reducción del consumo de alcohol, y

·         Promover que los medios de comunicación informen sobre el suicidio de manera responsable.

El estigma social y la falta de conciencia siguen siendo barreras importantes para buscar ayuda para el suicidio, lo que pone de relieve la necesidad de:

·         Alfabetización en salud mental y,

·         Campañas contra el estigma.

 


Desde la Red de Acción Local en Salud “RELAS” seguimos poniendo nuestro granito de arena a través de los Planes Locales de Salud para la erradicación de las conductas suicidas y el fomento e impulso de las ganas de vivir, además de animar a que se lleven a cabo más estudios de investigación con otros colectivos que a día de hoy siguen estando estigmatizados por la sociedad en la que nos desarrollamos y vivimos para hacer de esta un mundo mejor para tod@s!

 


 Para saber más: 







Antonio García Moreno
Técnico de Acción Local en Salud en Almería
Distrito Sanitario de Atención Primaria de Almería
   Delegación Territorial de Salud y Consumo en Almería

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