Gatos callejeros, bienestar animal, salud pública y salud ambiental

Los gatos han formado parte de la fauna de las ciudades desde siempre. En la mayoría de las ocasiones, la planificación urbana ignora su existencia y no tiene en cuenta sus necesidades, por lo que terminan malviviendo en espacios inadecuados, causando molestias a los vecinos, en un estado de ausencia de bienestar y sin la protección que deberían tener estos animales en nuestro entorno.

Los peligros para la salud pública y las molestias derivados de la presencia de gatos callejeros sin control son, entre otros:

1. La trasmisión de enfermedades a las personas, o a otros gatos que merodean por la zona, por contacto directo con ellos, con sus heces, o por mordeduras, arañazos etc.

2. Los focos de insalubridad causados por la presencia de orina y heces, en lugares sin control higiénico.

3. El aumento de las plagas de roedores debido a la disponibilidad de abundante alimento, en ocasiones, restos de comida doméstica, depositado sin control en zonas públicas.

4. Las molestias por contaminación acústica debidas a los sonidos emitidos por los gatos en celo.

5. Los conflictos vecinales.

Los gatos conviven con los humanos en las ciudades en un frágil equilibrio entre el derecho a la vida en libertad y el derecho a la protección de la salud pública y la sanidad animal. Las ciudades están creciendo muy rápidamente. Actualmente, casi el 80% de la población europea vive en núcleos urbanos, y, en la misma proporción, han aumentado los animales que conviven con ella de forma estrecha, compartiendo el hábitat, y también algunas enfermedades. 

De la salud de estos gatos callejeros depende en parte la nuestra. Si analizamos escenarios de riesgo, podemos adelantar que el volumen de población de estos gatos que actualmente soportan las ciudades, sin identificar ni controlar sanitariamente, supone un problema importante si en algún momento se vieran implicados en una alerta sanitaria por zoonosis, que nos obligue a improvisar medidas urgentes de control sobre ellos. 

Control demográfico y sanitario

Por este motivo, es necesario adelantarnos y aplicar protocolos efectivos, que nos ayuden, tanto a ejercer un control demográfico y sanitario, como a una vigilancia epidemiológica que nos aporte datos sobre la prevalencia de enfermedades felinas, y su evolución en estas poblaciones.

La pandemia del virus SARS Cov-2 ha dejado claro que los virus son capaces de saltar de especie de forma rápida e imprevista. A las enfermedades previsibles, se suma ahora la necesidad de estar preparados para nuevas enfermedades emergentes, diseñando sistemas de alerta temprana para reaccionar de forma rápida y eficaz. Ahora, más que nunca, se necesita un control sobre este tipo de animales urbanos.

¿Qué pasaría si se produjera una epidemia donde se demuestre que el gato tiene un papel activo en la trasmisión? ¿Cómo controlar una población que no tenemos identificada, ni controlada sanitariamente y de la que desconocemos casi todo en cuanto a la prevalencia de enfermedades?

Presentación modelo de gestión de colonias felinas de Benalmádena
Fuente: guiadebenalmadena.com

El bienestar animal va indudablemente ligado al buen estado de salud. Un animal enfermo o en riesgo de enfermar, no vive en condiciones de bienestar. Por otro lado, la vida de los gatos en la calle no es fácil, ya que no se dan las condiciones adecuadas para su seguridad y bienestar. Los gatos callejeros viven de forma solitaria o formando colonias felinas. El objetivo debe ser que su número vaya disminuyendo a través de programas de control basados en la Captura, Esterilización y Retorno (método CER) , hasta conseguir un numero de gatos fácil de manejar y de mantener bajo control. 

El mejor lugar para los gatos es el hogar, donde encuentra verdaderas condiciones de seguridad y bienestar. La adopción, en todos los casos en los que sea posible, debe ser la primera opción.

La limpieza y la desinfección son dos de las tareas fundamentales que se deben llevar a cabo en una colonia felina. Estas medidas permiten que los animales puedan convivir en unas condiciones de higiene adecuadas, disminuyendo enormemente el contagio de enfermedades infecciosas y la sensación de suciedad del entorno y, en consecuencia, los conflictos vecinales. 

Ventajas ecológicas

Otro aspecto no menos importante es la amenaza que suponen para la biodiversidad existente en el territorio ocupado por ellos. Es el caso de pequeños mamíferos, aves, reptiles, anfibios etc.. La gran capacidad de adaptación conductual y fisiológica de los gatos domésticos les permite sobrevivir, tanto en áreas urbanas, como en entornos naturales. Ello les confiere importantes ventajas ecológicas frente al resto de especies felinas. 

Existen espacios que, por su alto valor ecológico, nunca deberían alojar una colonia felina. Se debe considerar un adecuado “Estudio de Impacto Ambiental” que tenga en cuenta los efectos sobre la fauna silvestre existente en su área. 

Enfoque multidisciplinar

La solución se debe abordar bajo un enfoque multidisciplinar buscando una forma de gestión integral de las colonias que consiga el necesario equilibrio entre salud/protección/bienestar animal y salud pública y ambiental. Esta gestión integral de las colonias debe tener como objetivos:

a) Regular y protocolizar la alimentación y el cuidado de los gatos callejeros

b) Identificar y registrar las colonias para disponer de un censo que ayude a su control, y así poder actuar ante cualquier enfermedad conocida o emergente en la que se vean implicados.

c) Mapear las colonias. Mapeo cartográfico y/o espacial de las colonias.

d) Reducir  la población total felina mediante un control de la natalidad y la promoción de las adopciones.

e) Realizar controles sanitarios que incluyan vacunación y desparasitación según calendario establecido para prevenir enfermedades trasmisibles entre los gatos, y de éstos a las personas. 

f) Atender sus necesidades etológicas.

En conclusión, si tenemos en cuenta que la situación sanitaria de estos animales influye directamente sobre la salud pública, la sanidad animal y la del medio ambiente, urbano y no urbano, tenemos la obligación de tener un control sobre ellos para preservarlas.


Belén Muñoz
Coordinadora del área de Sanidad y 
Medio Ambiente del ayuntamiento de Benalmádena

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