Este año se celebra la Conferenciade las Partes de la Convención de las Naciones Unidas sobre elCambio Climático nº26.
Es una conferencia internacional de alto nivel que se realiza de
forma anual, aunque se pospuso el año pasado debido a la pandemia.
Se conoce de forma abreviada como COP26.
Tendrá lugar en Glasgow, Escocia, durante los días 31 de octubre al 12 de noviembre. Su objetivo principal es el de reunir a las partes involucradas para acelerar la acción hacia los objetivos del Acuerdo de París y la Convención Marco de UN sobre el cambio climático; el objetivo final es proteger a la humanidad de los efectos que tiene el cambio climático.
El cambio climático es un fenómeno que ha ocupado y ocupa muchos titulares y minutos de noticias. Muchas veces se da una perspectiva alejada de la evidencia científica que lo sustenta, y también como algo ajeno en sus consecuencias a los seres humanos. Científicos por un lado y educadores ambientales por otro, encuentran difícil hacer llegar a la población general o más bien “traducir” noticias como el calentamiento de los polos o la disminución del hielo ártico, a un lenguaje que haga dichos fenómenos cercanos y preocupantes para la ciudadanía de un país lejano como España. Sin embargo, su labor ha conseguido que poco a poco la ciudadanía sea consciente de la magnitud del problema al que nos enfrentamos. Los resultados de una encuesta reciente del Programa para el Desarrollo de Naciones Unidas y la Universidad de Oxford, muestran que el 64% de las personas creen que el cambio climático es una emergencia global, a pesar de la pandemia de COVID-19 (1,2).
Para acercar este fenómeno a la ciudadanía, hay que tener algunos conceptos muy claros, como por ejemplo la diferencia entre tiempo y clima. El tiempo, entendido como tiempo atmosférico, es "La condición en que se encuentra la atmósfera en un determinado momento y lugar”. Hablamos por tanto del tiempo que hace “aquí hoy”, o en un lugar determinado en un momento determinado y restringido: Llueve en Granada ahora, hizo niebla aquí esta mañana, etc. El clima es un promedio del estado del tiempo, una “descripción estadística del tiempo en términos de valores medios y de variabilidad de las cantidades de interés durante períodos de varios decenios (normalmente, tres decenios, según la definición de la Organización Meteorológica Mundial (3). Dichas cantidades son casi siempre variables de superficie (por ejemplo, temperatura, precipitación o viento). Es por tanto una definición rigurosa, una descripción del estado del sistema climático. No hablamos del clima de Granada esta mañana, sino simplemente del clima de Granada, como una tendencia mantenida: clima de montaña, seco, frío en invierno y cálido en verano.
Algunas de las medidas para enfrentarnos al cambio climático son de implantación local. Hay diferentes tipos: La adaptación es el ajuste de los sistemas humanos o naturales frente a entornos nuevos o cambiantes. La adaptación al cambio climático se refiere a los ajustes en sistemas humanos o naturales como respuesta a estímulos climáticos proyectados o reales, o sus efectos, que pueden moderar el daño o aprovechar sus aspectos beneficiosos. Las medidas de adaptación al cambio climático se orientan a limitar los impactos, reducir las vulnerabilidades e incrementar la resiliencia frente a los cambios del clima, tanto de los sistemas humanos y naturales, incluyendo la biodiversidad, los bosques, las costas, las ciudades, el sector agrario, la industria (4). La mitigación es toda intervención antropogénica para reducir las fuentes o mejorar los sumideros de gases de efecto invernadero (5).
En entornos urbanos podemos ver ejemplo de medidas de adaptación como el uso de toldos y parasoles en las calles y el incremento de zonas arboladas para favorecer una disminución local de la temperatura, establecer medidas de prevención como planes de evacuación, etc. Las medidas de mitigación van en la línea de la disminución de emisiones y suelen venir reguladas a nivel internacional o nacional para impedir que los contaminantes de efecto invernadero superen determinados límites, aunque a nivel local pueden llevarse a cabo medidas destinadas a disminuir el tráfico, una de las principales fuentes de contaminación, consumir alimentos locales y de temporada, reducir el consumo de alimentos de origen animal, no desperdiciar comida, cambiar a energías renovables, generar menos residuos, uso razonable de la energía, transporte sostenible, consumo responsable, etc.
Los fenómenos relacionados con el cambio climático afectan de forma directa e indirecta a nuestra salud: las temperaturas extremas (más calor en verano y olas de frío en invierno, debido a la perturbación de las condiciones del sistema climático), el aumento en la frecuencia de fenómenos climáticos extremos como sequías, lluvias torrenciales e inundaciones, incendios, cambios en los patrones migratorios de determinadas especies que puedan ser reservorio de patógenos, cambios en las tasas de crecimiento, supervivencia y reproducción de los propios patógenos, incremento de alergias, etc. (6).
Finalmente, el cambio en las condiciones ambientales y en los hábitats también crea nuevas oportunidades para la transmisión de enfermedades a los animales y de los animales a los humanos. Además, el estrés que experimentan para satisfacer su necesidad de alimentos y refugio hace que las especies sean vulnerables a las enfermedades víricas. El aire limpio, el agua limpia y los fenómenos meteorológicos extremos también son importantes para las plantas y los productos agrícolas (7). Por tanto, el enfoque de One Health o “Una sola Salud” que reconoce que la salud de las personas está estrechamente relacionada con la salud de los animales, las plantas y el medio ambiente compartido, introduce adicionalmente una perspectiva importante a tener en cuenta en el diseño de acciones a nivel local (8).
Por tanto, no podemos perder de vista el objetivo último de hacer frente al cambio climático, que no es otro que proteger a los seres humanos, animales y plantas de sus consecuencias.
Virginia Ballesteros Arjona, Clara Bermúdez Tamayo y Marina Lacasaña Navarro
Referencias
1.
The Peoples’ Climate Vote | UNDP [Internet].
2.
World’s largest survey of public opinion on climate change: a
majority of people call for wide-ranging action | UNDP
3.
Preguntas frecuentes | Organización Meteorológica Mundial
4.Miteco
5. IPCC.
Climate Change 2014: Synthesis Report. Contribution of Working Groups
I, II and III to the Fifth Assessment Report of the Intergovernmental
Panel on Climate Change [Core Writing Team, R.K. Pachauri and L.A.
Meyer (eds.)]. Geneva, Switzerland: Gian-Kasper Plattner; 2014.
6. AR5Climate Change 2014: Impacts, Adaptation, and Vulnerability. Chapter11, Human Health: Impacts, Adaptation, and Co-Benefits.
7. Gould S,
Rudolph L. Challenges and Opportunities for Advancing Work on Climate
Change and Public Health. Int J Environ Res Public Health.
2015;12(12):15649-15672.
8. Xie T,
Liu W, Anderson BD, Liu X, Gray GC. A system dynamics approach to
understanding the One Health concept. PLoS One. 2017;12(9):e0184430.
Published 2017 Sep 6. doi:10.1371/journal.pone.0184430
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