Cuando el dolor es invisible.


 Grupos de ayuda mutua para supervivientes por suicidio: hacia una red de grupos de supervivientes 

Cada vez más la sociedad está dimensionando el problema de salud pública que constituye la conducta suicida. El suicidio causó 3.539 muertes en 2018 en España, 653 en Andalucía. Se estima que el número de intentos, que no registran las estadísticas oficiales, es 10-20 veces superior; una enorme pérdida de seres humanos que huyendo de sus propios fantasmas y sufrimiento, acabaron por tomar una decisión que marcará indeleblemente la vida de los supervivientes; un dolor que muchas personas se ven obligadas a vivir de forma íntima y en la más desoladora soledad.  

“Así me siento, cuando hablo de sentirme extraña, es vacío, un agujero grande en el alma”.

La OMS define el suicidio como un problema de salud pública prevenible, que se combate mejorando la detección precoz de los trastornos psicológicos (depresión, por consumo de alcohol,…), tratando efectivamente los intentos suicidas, reduciendo la accesibilidad a métodos letales, comunicando responsablemente los casos de suicidio, y rescatando el protagonismo de los servicios de salud.                                                                                                              
Pero no podemos quedarnos ahí. Se denomina postvención a la respuesta y la atención a las personas afectadas por muerte por suicidio. Paralelamente a la atención que se prestan desde los servicios de salud mental, la OMS recomienda el desarrollo de grupos de ayuda  mutua. Lo definen como un grupo de personas afectadas por un suicidio de forma directa, dirigidos por sus miembros, que controlan las actividades y las prioridades de su grupo y toman todas las decisiones que les involucran.                                                                                             
¿Qué es ser superviviente?                                                                                                                                                

Se denominan supervivientes a las personas que han perdido a un ser querido por suicidio. Si bien los duelos siempre son duros, cuando se pierde a alguien de esta forma, el sufrimiento es aún más intenso. La vergüenza, la culpa y la rabia se entremezclan en un remolino de preguntas para encontrar las causas de por qué ocurrió y el tormento de pensar que se pudo haber evitado. La culpa del superviviente, no solo se convierte en un círculo vicioso, en un pensamiento que se rumia, sino que llega a cercenar el derecho a volver a ser feliz y a disfrutar de la vida.                                                        

Como señaló Victor Frankl, “No elegimos lo que nos pasa pero sí cómo lo afrontamos”, y en consecuencia, ser superviviente es también una actitud dinámica ante la vida. O como resalta una superviviente:

“En algún momento hay que decirnos YA...No quiero sufrir más... Ese es el momento clave, en el que aunque sea a rastras, hay que salir de nuestra burbuja de protección...Y regresar al mundo. Con cicatrices y dolores ocultos, pero vivas...Yo estoy reviviendo todo eso de nuevo...Y estoy de regreso...Con dolor y nuevas cicatrices, pero saboreando la onza de chocolate que cada día nos regala el presente, el estar vivas...Hay mucho aún que saborear... Os quiero, mucha fuerza para seguir apoyando nuestros pies en nuestros caminos...iguales y diferentes...” 

Grupos de ayuda mutua de duelo por suicidio

Las personas que sufren un duelo por suicidio necesitarán restablecer un nuevo equilibrio en sus vidas. Muchas harán el camino totalmente solas, otras acudirán a profesionales de salud mental para conseguir cierta orientación. Pero el entorno social muchas veces encubre este tipo de muerte en un velo de estigma y tabú. Muchas veces, ni siquiera la escucha activa o la empatía es suficiente, hay caminos que solo conoce quien los transita.

“Personalmente, estaba harta de escuchar consejos vacíos de personas que ni siquiera se podían imaginar lo que se puede llegar a sentir en esta situación tan dolorosa. Necesitaba encontrar un grupo de ayuda en el que me sintiera comprendida y apoyada, encontré el mejor... “

Un grupo, que supone un importante soporte emocional para las participantes en un ambiente acogedor y seguro, pero también sirve para compartir recursos de tipo cognitivo o conductual, para recomponer una nueva forma de entender la vida:                                                                                                                       
“Tenemos que hablarnos con cariño a nosotras mismas porque nuestra mente se cree lo que nos contamos...Sé que es difícil...Pero háblate con cariño”. 

“Yo voy a decir la verdad, a mí me vino bien trabajar, no pensar, distraerte con tus tareas, la gente no pregunta, me respeto....y sabía que antes o después lo tenía que hacer, y ahora agradezco haberlo hecho”.

Y no solo eso, muchas de las personas participantes, lucharán por encontrar un nuevo sentido a sus vidas y recuperar roles olvidados absorbidos por el sufrimiento de la pérdida. Una experiencia de empoderamiento que les ayuda a salir del pozo en estrecha relación al proceso del resto de miembros del grupo, definido con sus palabras:

“No tengáis miedo ¡dad el paso!. […] Somos grandes mujeres, trabajadoras, luchadoras, hijas, madres, mujeres con gran potencial, con derecho a volver a sonreír y continuar de otra manera pero continuar. Salir de la burbuja en la que nos hemos metido para protegernos”.

“Y decido que quiero bailar, brillar, aceptar. Estoy en el camino correcto”.                                                                          

Los retos del RELAS en prevención y postvención del suicidio

Pronto llegará el día que la sociedad no pueda seguir dando la espalda a un problema, que constituye la principal causa de muerte externa en España y la segunda causa total entre las personas de 15 a 29 años. Prevenir el suicidio, supone el uso de herramientas comunitarias, de cambio social que incidan en los determinantes en salud y en la corrección de las desigualdades. En consecuencia, la Red de Acción Local en Saludpuede ser un vehículo de cambio social en la percepción del suicidio y sus consecuencias, potenciando estrategias efectiva de prevención y postvención.  

La necesidad de creación de nuevos grupos en nuestra comunidad autónoma es patente. Desde octubre de 2019 funciona un grupo de ayuda mutua en colaboración con el Plan de Salud de Cádiz.

El próximo octubre desde www.papageno.es se está gestionando la apertura de un nuevo grupo para la provincia de Sevilla. Si deseas participar o recibir información de como favorecer la apertura de otros grupos en estas u otras provincias puedes contactar a través del correo: prevencion@papageno.es o el WhatsApp 633 169 129.

Más información



Daniel Jesús López Vega
Coordinador de la Asociación de Prevención 
y Postvención de la Conducta Suicida “Papageno” 
Asesor Técnico del Servicio de Salud Pública 
  Delegación Territorial de Salud y Familias en Cádiz
        

Comentarios

  1. En cada paso que un ser humano da, deja una huella ya sea buena o menos buena, no crei poder llegar hasta aquí sin papageno.es. Soy superviviente al suicidio de mi hermano querido y amado. Tenía 43 años llenos de amor y de vida, tres hijos preciosos el más pequeño de 8 meses. Una mujer que lo amaba. Con el se apagó mi luz, mi vida se paró, se me escapó de las manos, esa sensación te deja, todos los días pongo flores en mi camino, me rodeo de naturaleza. Poco a poco voy avanzando. Lo que me salvó fue el grupo, ellos saben cómo y que decir para rescatarte cuando crees que nada podrá hacerlo. Te quiero Daniel. Gracias! Gracias! Gracias!

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  2. La iniciativa de Daniel de crear el grupo en Cádiz no solo está ayudando mucho a las personas que han dado el paso de participar y están en proceso de reequilibrar sus vidas. Saber que que los grupos de supervivientes son tan necesarios y beneficiosos nos ha hecho tomar conciencia en el Plan de de Salud de que tenemos que emprender más acciones para prevenir el suicidio. La aportación de Papageno y de Daniel es inestimable. ¡Muchas gracias!

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