Acabamos de entrar en la
tercera fase de la desescalada, previa a la denominada “nueva
normalidad”. Han sido tres meses intensos, de experiencias, emociones y
sensaciones difíciles de olvidar, que han cambiado la concepción de nuestro
mundo tal como lo conocemos, poniendo en cuarentena nuestro estilo de
vida y nuestros hábitos. En definitiva, una situación que ha puesto a prueba
nuestra resiliencia, nuestra capacidad para aprender y desaprender.
Deshabituación tabáquica y desconfinamiento: una día más, una calada menos
El confinamiento
asociado al estado de alarma y el teletrabajo han
convertido el hogar en el principal espacio de consumo de
tabaco, con el consiguiente aumento del humo ambiental y del riesgo
para la unidad familiar y, especialmente, para los menores.
Diferentes
entidades y asociaciones han facilitado recomendaciones y herramientas para
abordar esta situación. En esta línea, la RedENT, la plataforma de colaboración para las enfermedades no transmisibles, ha elaborado la guía de desescalada Un día más, una calada menos. Su objetivo es
contrarrestar el consumo de tabaco en el hogar durante la pandemia, y animar a
las personas fumadoras a implementar una deshabituación tabáquica por fases, aportando orientaciones
específicas y herramientas de autoevaluación, para determinar en qué momento se
encuentra su adicción y prepararles para la siguiente fase.
Malos humos, malos métodos
Además de proteger a los
niños y niñas de las consecuencias a la exposición del humo ajeno, la OMS
alerta, en su campaña del Día
mundial sin tabaco 2020, de los peligros que supone el consumo de tabaco; y de las prácticas comerciales de las empresas tabacaleras en relación a las
nuevas generaciones.
Bajo el lema Tácticas de la industria tabacalera y de otras industrias relacionadas para atraer a generaciones más jóvenes, la OMS hace un llamamiento a la acción dirigido a la
juventud para que se convierta en una generación libre de tabaco.
La incorporación de
sabores atractivos para adolescentes en productos de tabaco sin humo, shisha y cigarrillos
electrónicos, la promoción de productos de tabaco en eventos populares para
jóvenes, así como la utilización de redes sociales y pago a personas
influyentes para que promocionen ciertos productos de tabaco y vapeo, son algunas de las
estrategias de la mercadotecnia de la industria tabacalera e industrias afines
para atraer a "nuevos clientes”.
Amistades peligrosas: tabaco y COVID-19
Por otra parte, la evidencia nos ha mostrado que los fumadores tienen más probabilidades de desarrollar
síntomas graves en caso de padecer COVID-19, en comparación con los no
fumadores, ya que ésta es una enfermedad infecciosa que ataca principalmente a
los pulmones.
Las investigaciones
realizadas corroboran el hecho de que fumar incrementa
tanto la probabilidad de desarrollar síntomas severos de COVID-19, como de
ingresar en las Unidades de Cuidados Intensivos hospitalarias, requerir
ventilación mecánica y fallecer víctima de dicha enfermedad.
A ello se suma un
mayor riesgo de contagio por el mero hecho de fumar. Gestos como llevarse a
la boca la mano que sujeta el cigarrillo, o el uso de ceniceros no
privados, podrían aumentar el riesgo. Este riesgo se incrementa si se comparten
fuentes de consumo como cachimbas o porros.
La nueva realidad libre de humos
El proceso hacia la tan
ansiada normalidad va a condicionar, en gran parte, nuestro futuro próximo. A
pesar de la incertidumbre, en esta estrecha relación de convivencia con el
virus, hay varias cuestiones a tener en cuenta:
Fumar incrementa el riesgo de padecer una forma grave de la
enfermedad por coronavirus.El
primer paso y el más fácil es reconocer y ser conscientes de los problemas que
este consumo puede ocasionar a nuestra salud y a la de las personas de nuestro
entorno.
Los resultados
preliminares de la Encuesta realizada por el Ministerio de Sanidad entre el 4 y
el 22 de mayo de 2020 Tabaco, otras formas de consumo y confinamiento, indican que casi un 14% de las
personas que fuman ha intentado dejarlo durante el confinamiento, la mayoría,
el 71%, por sí solas.
Sin embargo, las
posibilidades de éxito para abandonar el tabaco se
duplican ofreciendo tratamientos de deshabituación, de eficacia
reconocida por la evidencia científica, proporcionados en la red de
servicios sanitarios, con el asesoramiento de profesionales de salud.
Proporcionar
a los jóvenes los conocimientos necesarios para detectar fácilmente la
manipulación de las industrias tabacaleras,
facilitándoles instrumentos
para rechazar sus tácticas, a fin de que adquieran capacidad de acción y decisión
para plantarles cara, es especialmente importante ahora, teniendo
en cuenta los estudios realizados
sobre consumo de tabaco y coronavirus.
Pasada la etapa de confinamiento, la desescalada sigue siendo
un buen momento para dejar de fumar y construir una
nueva realidad libre de humos.
Mª Ángeles Viedma Romero
Jefa de Sección de Programas de Salud
Delegación Territorial de Salud y Familias de Jaén
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