Cubos de agua y lejía contra el coronavirus


En la sociedad de la tecnología, los grandes laboratorios y técnicas sanitarias, en los pueblos de la Sierra de Cádiz se lucha contra los virus del siglo XXI con cubos de agua y lejía. Porque en estos pueblos, la salud es cosa de todos y todas. 

Dicen que la Salud Pública es cosa de todos. Por las calles de Cádiz, todavía se cuenta esa historia de cuando los Ingenieros y Arquitectos salvaron mas vidas que los médicos y los hospitales. A finales del siglo XVIII se terminaron las obras del alcantarillado de Cádiz, y se promulgaron Ordenanzas Municipales bajo el titulo de “Salud Pública”. En palabras de uno de los hijos adoptivos de la ciudad, Nicolás de la Cruz y Bahamonde, “Cádiz se puede lisonjar de ser uno de los países, mejor regulados en cuanto a limpieza. La ciudad está toda minada de conductos subterráneos, por los cuales se les dan salida a las aguas pluviales y a las inmundicias. En el mismo instante de cesar de llover, se notan las calles enjutas, porque penetrando el agua por los sumideros que hay repartidos en pequeñas distancias, salen luego a la mar por los conductos dichos y no se perciben malos olores, porque las aguas mar todo lo disuelven”. Fruto quizás del recuerdo de las epidemias que diezmaron la población local durante ese siglo, la ciudad se tomo muy apecho eso “de la sanidad y la higiene”.

Salvando todas las distancias, en la actual contingencia que supone la pandemia del Coranovirus, la sanidad y la higiene vuelve a ser cosas de todos y todas. De hecho, con nuestra conducta individual sumada en la respuesta social del confinamiento, estamos protegiendo  nuestro sistema sanitario y a nuestra población mas vulnerable.  Mas ahora que nunca, aunque siempre lo ha sido, la Salud Pública se representa como una responsabilidad comunitaria. La comunidad asume como propio, el hecho de que si no actúa conjuntamente, está en peligro su seguridad y su salud. 


A parte de nuestra conducta individual de confinamiento e higiene personal, desde los distintos ámbitos comunitarios y de las instituciones, surgen iniciativas encaminadas a  ayudar en esta situación de emergencia.

Los Ayuntamientos han puesto en marcha distintas actividades en acuerdo con sus vecinos y vecinas orientadas a elaborar materiales sanitarios, a que mantengamos la actividad física,  la buena alimentación o para mantener la mente ocupada. Muchas de estas propuestas las podemos ver en el web de la Red Local de Acción en Salud de Andalucía

Pero entre todas ellas, me ha llamado la atención la actividad que han propuesto la mayoría de los Ayuntamientos de la Sierra de Cádiz. Han solicitado a sus vecinos y vecinas que, al caer la noche, baldeen sus puertas con un cubo de agua con lejía diluida. “Evitemos que el virus entre en nuestro pueblo” o  “Ayúdanos a desinfectar, pequeños gestos ayudan a hacer grandes logros” son algunos de los eslogan que acompañan estos anuncios a través de la Redes sociales, que han traído a mi memoria imágenes de infancia en la casa de mi abuela, en el pueblo, donde cada vecina se encargaba de mantener limpia la porción de calle de daba a su casa, mientras que el Ayuntamiento limpiaba la plaza. En la sociedad de la tecnología, los grandes laboratorios y técnicas sanitarias, en los pueblos de la Sierra de Cádiz se lucha contra los virus del siglo XXI con cubos de agua y lejía. Porque en estos pueblos, la salud es cosa de todos y todas. 
https://www.facebook.com/ayuntamientodealgar/

La corresponsabilidad en el mantenimiento de lo público, el aportar parte de tu individualidad para la construcción del bien común, en esta sociedad consagrada al individualismo, se ha vuelto una opción necesaria e indispensable como lo demuestra la situación actual. 

Ahora que con esta crisis miramos mucho de China, tanto para culpabilizarla como para buscar respuestas y ayuda, podemos aprender de lo que para ellos significa la palabra “crisis” (peligro-oportunidad),  Tenemos la oportunidad de seguir por este camino de fomento de la salud comunitaria, de la Salud Local, de juntarnos para hablar y actuar sobre lo que nos mantiene sanos y los que nos enferma, y darle importancia y valor a lo comunitario, a la participación, a la educación y al trabajo intersectorial, con una mirada hacia los problemas complejos de las personas y no solo desde nuestras competencias. En definitiva, tenemos la oportunidad, porque la maldita realidad nos lo ha demostrado, que la Salud es una lucha diaria de todos y todas.











Miguel Ángel Cuesta Guerrero
Técnico de Educación en Salud y Participación 
Comunitaria para la Acción Local en Salud 
Unidad de Acción Local en Salud de Cádiz. 
Red Local de Acción en Salud de Andalucía (RELAS)
    

Comentarios