El término “suicidio” proviene etimológicamente del
latín y significa “darse muerte a uno
mismo”, aunque es utilizado erróneamente para definir varias conductas del
espectro suicida que implican cogniciones y conductas en varios niveles que las
identifica como manifestaciones diferentes. Históricamente este grave problema
de salud se ha visto envuelto por el estigma y el tabú y ha sido negado y
obviado de al agenda-setting de los medios de comunicación y de las políticas
públicas de salud, como lo ratifica, la falta de un protocolo nacional de
prevención en España. Actualmente vivimos una importante presión social,
liderado por asociaciones de suicidiología y de supervivientes, que viene a
partir esta barrera que no hace sino perpetuar el problema relegando el
problema al terreno de lo privado.
La conducta suicida es compleja y multicausal y constituye la principal causa de muerte externa en España por delante de los accidentes de tráfico. Cada año mueren en España más de 3.500 personas por esta causa y 800 mil a nivel mundial, una muerte cada 40 segundos. Además, se calcula que el número de intentos podría ser 20 veces superior. Las consecuencias emocionales, sociales y económicas del suicidio son de tal envergadura que la OMS la ha categorizado como la principal amenaza a la salud pública en Europa.
La conducta suicida es compleja y multicausal y constituye la principal causa de muerte externa en España por delante de los accidentes de tráfico. Cada año mueren en España más de 3.500 personas por esta causa y 800 mil a nivel mundial, una muerte cada 40 segundos. Además, se calcula que el número de intentos podría ser 20 veces superior. Las consecuencias emocionales, sociales y económicas del suicidio son de tal envergadura que la OMS la ha categorizado como la principal amenaza a la salud pública en Europa.
Como otros problemas de salud, el
suicidio está muy relacionado con determinantes de género y de edad, pero
también de carácter social, cultural y económico. Si tenemos en cuenta, el
sexo, en la mayoría de los países, entre ellos en España, y a excepción de
China e India, el número de muertes en hombres por esta causa triplica o
cuadriplica el de mujeres en el que sin embargo es más numeroso en número de
intentos. Los grupos de edad más afectados son los jóvenes y en las edades más
avanzadas, con graves consecuencias en la morbimortalidad y sobre todo en
relación al número de años de vida
potencialmente perdidos. (AVPP)
Las diferencias sociales, culturales y
económicas también afectan a este fenómeno, alrededor del que se ha creado un
amplio debate relacionado con las repercusiones de la crisis económicas y otras
variables de tipo social, incluso al laboral y que nos llevan a preguntarnos en
qué grado los determinantes de este tipo de conductas son más de naturaleza
individual o de carácter social. Sea cual sea la deriva a la que nos lleve este
interesante debate, parece interesante investigar los determinantes sociales
que influyen en esta conducta que nos lleven a implementar estrategias de
prevención y programas desde lo local, dando visibilidad a este problema oculto
e invisible dentro de la red de acción local en salud. La visión sobre género y desigualdades es esencial tanto en la
interpretación del fenómeno como en el de la elaboración de estrategias
preventivas eficaces.
En el presente artículo desarrollaremos
brevemente varias experiencias que nos llevan a una reflexión sobre la
necesidad de abordar este tema desde lo micro y lo local que nos abre una
puerta a seguir trabajando importando y formas de trabajo y vehiculando
estrategias de prevención dentro de la red de acción local en salud.
La
conducta suicida de lo macro a lo micro, de lo general a lo local
Dentro de las variables sociales, existe
una amplia línea de investigación destinada a investigar hasta que punto el
trabajo o la profesión y las variables laborales asociadas puede influir en la
probabilidad de aparición de conductas suicidas. Si en el entorno sanitario se
ha hablado de la altas tasas de suicidio entre médicos, enfermeras y dentistas,
también ha sido frecuente atribuírselas a policías y militares. Como teoría
explicativa principal no encontramos con la accesibilidad a métodos letales de
estas profesiones y por otro lado el estrés que se apareja a su desempeño.
En 2012 y a través de un acuerdo de
colaboración con la Asociación Unificada de Guardias Civiles, iniciamos una
investigación sobre la conducta suicida que desembocó en la elaboración de un
informe, la participación en la VI Jornadas de Salud Pública con la publicación
del Póster “Conducta Suicida en la
Guardia Civil”, el artículo “Análisispsicométrico de la Escala de Soledad de UCLA (Versión 3) en una muestra deguardias civiles”, la presentación de una ponencia en el encuentro
semestral de EUROCOP en Berlín donde se encontraron sindicatos policiales de
toda Europa y en la actividad de formación en Bruselas “Psychosocial Risks
& Police Force”.
En 2016 y después de un largo trabajo de
entrevistas y grupos focales entre guardias civiles y la evaluación de más de
5.000 encuestas se publicó el libro “¿Todo por la Patria? Cultura, clima laboral y conducta suicida en la Guardia Civil” que
actualmente tiene una segunda edición. En el libro, que tenía como objetivo
visibilizar el problema de la conducta suicida en este cuerpo militarizado, se
defendía la importancia explicativa de las variables laborales en sus elevadas
tasas de suicidio.
En 2018 se presentaba en la Iª Jornadasobre “Acción Comunitaria para lareducción de las desigualdades sociales en salud” el póster “Mitos y realidades del triángulo suicida: la
perspectiva del estudio del suicidio en zonas pequeñas” que profundizaba en
el estudio del suicidio teniendo en cuenta las diferencias territoriales,
vistas desde el prisma de lo local. El estudio evaluaba la incidencia de
suicidios en el triángulo formado por las poblaciones de Alcalá la Real (Jaén)
e Iznájar y Priego de Córdoba (Córdoba).
Actualmente y tras todo el bagaje de
conocimiento y la conformación de redes profesionales informales emprendemos un
nuevo proyecto que entronca directamente con la Red Local de Acción en Salud
que de forma multidisciplinar e intersectorial pretende aportar un grano de
arena a la lucha contra el estigma asociado al suicidio, con el objetivo de
sensibilizar a la población, formar a profesionales sanitarios y de la salud,
personal docentes y de intervención en emergencias, fomentar la visibilidad
para introducir el tema en las agendas de periodistas y políticos motivando a
la aparición de protocolos de prevención, estrategias y acciones concretas y
mejorar la calidad y la accesibilidad a profesionales que atiendan apersonas
con ideación suicida, con intentos de suicidio previos, o a los supervivientes
en duelo. Todo teniendo en cuenta los determinantes en salud y las
desigualdades.
La iniciativa toma le nombre de un
personaje de una ópera de Mozart, Papageno, que es utilizado para definir el
efecto preventivo de la conducta suicida que provocan las acciones responsables
en comunicación sobre este fenómeno. Entra en www.papageno.es
y forma parte de este proyecto ambicioso en cuyo equipo ya se han integrado
profesionales y asociaciones de ámbito español con el objetivo de trabajar en red.
Si trabajas en la esfera de la acción local en salud te invitamos a conocer más el tema a incluir el suicidio como tema prioritario en los planes locales de salud y reforzar los activos en salud de tu localidad que se definen como factores protectores creando un entorno saludable.
Ayúdanos a controlar
este problema de salud pública, porque “Hablar
del suicidio, ¡lo previene!”.
Delegación Territorial de Salud y Familias. Cádiz
956.00.90.15 (Corp. 409015) 671.56.25.85 (Corp. 762585)
danielj.lopez@juntadeandalucia.es
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