¿Pueden ser consideradas la naturaleza y la vegetación unos de los activos más importantes en Salud?
Rodearnos de árboles, de espacios verdes, de animales, en fin de la flora y fauna de nuestro entorno,...es bueno para nuestra salud? La respuesta en el siguiente post...
Una
consecuencia global proveniente en parte de los espacios degradados y
de la contaminación, y que a su vez los retroalimenta: es el cambio
climático. En
este sentido habría que destacar el trabajo de Doherty y Clayton
(2011) donde ponen el foco en los impactos psicológicos que producen
el cambio climático. Describen tres clases de impactos psicológicos,
y por tanto con consecuencias sobre la salud individual y
comunitaria: impactos directos
(v.g. golpes de calor por el cambio en medioambiente, inundaciones,
sequías);
impactos indirectos
o vicarios
(sentirse emocionalmente amenazado, con ansiedad, con preocupación
por observar esas consecuencias en otros); e impactos psicosociales
(v.g. la violencia asociada al calor, dificultad para acceder a
ecosistemas florecientes, etc.).
Hoy 5 de junio de 2018, se conmemora, como cada año desde 1974, el Día Mundial del MedioAmbiente con el fin de concienciar sobre la
importancia de preservar y proteger el entorno natural donde
convivimos las personas con el resto de especies animales. Es tal la
importancia de su protección que de ello depende nuestra propia
existencia y futuro como especie.
Quería
aprovechar esta oportunidad que la Consejería de Salud, a través de
la Estrategia de la Acción Local en Salud (RELAS), me ha ofrecido en
este post, para destacar los innumerables beneficios que proporciona
el contacto con los recursos vivos que proporciona la naturaleza
–flora y fauna- para nuestra salud. En las últimas décadas, la
evidencia científica acerca de los beneficios que tienen las zonas
verdes sobre nuestra salud no ha hecho más que crecer. De la misma
manera van apareciendo estudios que indican cómo la contaminación
del aire, de las aguas y la destrucción de los hábitats en todas
sus formas perjudican seriamente nuestra salud a corto, medio y largo
plazo, comprometiendo nuestra pervivencia en el planeta tierra.
En
este artículo, expondré primero algunos ejemplos de los beneficios
para la salud que nos proporciona el estar rodeados y en contacto con
zonas verdes. Seguidamente, presentaré algunos datos de cómo un
medioambiente enfermo -donde predomina el cemento, el hierro y el
humo de los coches- nos hace perder la salud, enfermar e incluso
llevarnos a morir. Por último, me gustaría concluir con algunas
reflexiones sobre el papel que tenemos cada ciudadano y ciudadana de
proteger no sólo nuestro medioambiente más cercano e inmediato,
sino también el que está a miles de kilómetros de donde vivimos.
Con
respecto a los estudios relativos a los beneficios sobre la salud,
cabe mencionar el trabajo de revisión de los finlandeses
Karjalainen, Sarjala y Raitio (2010), que en la línea de las
investigaciones en torno a los baños de bosque en Japón, Korea y
otras partes del mundo, muestran las bondades que proporcionan las
plantas tanto para nuestro organismo como para el bienestar
psicológico. Estos autores nos recuerdan que aparte de los productos
como madera o frutos, los árboles producen oxígeno esencial para la
vida, sirven para mitigar las inundaciones y sequías, como barrera
acústica, evitan la erosión, absorben el CO2, sus copas
captan contaminantes, mantienen la calidad del agua y del suelo, y
así un largo etcétera. Pero además cubren muchas otras necesidades
humanas de tipo estético, espiritual o recreacional.
Según
los distintos estudios que revisan, entre los grandes beneficios que
aporta la naturaleza se encuentra el hecho de que las plantas ayudan
a reducir la sobrecarga emocional y la depresión; las salidas al
campo estimularían el sistema inmunitario aumentando las células
asesinas naturales teniendo un efecto preventivo en el desarrollo de
cánceres; la motivación para realizar ejercicio físico en el campo
aumenta por estar en un ambiente verde y con vegetación; o cómo
los paseos por parques y montañas hacen que los niveles de glucosa
disminuyan en pacientes diabéticos.
Existen
otros trabajos que apuntan en la misma dirección. El
ambiente forestal ayuda a reducir el estrés psicológico y a mejorar
el ánimo e incluso a la recuperación de la fatiga atencional.
A
nivel fisiológico, comparando la visualización de imágenes con
naturaleza frente contextos urbanos, resultando que las primeras
bajarían la tensión arterial y muscular así como la tasa cardíaca
(Laumann,
Gärling, Stormark, 2003; Maas, et al, 2016).
Otro
ejemplo lo tenemos en un trabajo llevado a cabo en Toronto, donde se
comprobó que personas que vivían en vecindarios con mayor densidad
de árboles tenían una mejor percepción en su salud y menos
condiciones cardiometabólicas comparables con ser siete años más
jóvenes (Kardan et al., 2015).
Vista panorámica La Zubia (Granada) |
Por
último, en lo que se refiere a las mejoras en situaciones de
enfermedad o cirugía, el tener vistas desde la ventana de un
hospital a paisajes con árboles y vegetación coadyuvaría a una
pronta recuperación tras una operación o convalecencia (Cervinka,
Röderer, y Hämmerle, 2014). Por eso, no es de extrañar que
muchos hospitales, sanatorios, residencias o balnearios
históricamente, y en la actualidad, se hayan asegurado de contar con
frondosos jardines o situado en la montaña.
Como
podemos comprobar son
muchas las ventajas de la vegetación para estar sanos y prevenir la
enfermedad,
por consiguiente, no
nos equivocamos si consideramos como uno de los activos más
importantes en salud a los árboles, las zonas verdes, los parques,
el verdor de la hierba y las plantas, en definitiva, la naturaleza.
Sin
embargo, y por desgracia, existen grandes desafíos para garantizar
este valiosísimo activo para la salud debido a la deforestación, la
pérdida de zonas verdes y de biodiversidad como consecuencia del
frenético y caótico desarrollo urbanístico en todo el mundo.
Además, el modelo energético predominante basado en los
combustibles fósiles contamina el aire de norte a sur y de este a
oeste. La contaminación del aire debido al ozono y otras partículas
originadas en la combustión es considerada por la Asociación
Americana del Pulmón como el mayor riesgo para la salud de la
infancia y personas adultas. Esta organización establece diez
grandes consecuencias para la salud al respirar el aire contaminado.
A saber: muerte prematura; problemas en el desarrollo infantil;
problemas reproductivos; ataques de asma; cáncer de pulmón;
sibilancias y tos; respiración disminuida; daño cardiovascular;
susceptibilidad a infecciones; inflamación y enrojecimiento del
tejido pulmonar.
Jóvenes de La Zubia participando en una "actividad medioambiental" |
Es
tal el interés por las consecuencias negativas del deterioro del
medioambiente en la salud y bienestar de las personas que el filósofo
Glenn Albrecht en 2003 acuñó el término “Solastalgia”
para describir el malestar psíquico o existencial causado por los
cambios medioambientales, las catástrofes volcánicas o por la
explotación desmedida de los recursos naturales.
Para
finalizar, me gustaría hacer reflexionar sobre el papel que el
comportamiento humano juega como causa principal de los problemas
medioambientales. Hemos
de apelar a la responsabilidad ética como ciudadanos y ciudadanas
para conservar y proteger el medioambiente y
alterar la trayectoria de destrucción de la naturaleza y preservarla
como un tesoro único, ya que es claro el paralelismo entre la salud
del planeta y nuestra propia la salud:
-Si
los pulmones de la tierra funcionan adecuadamente, los nuestros
respiraran aire limpio
-Si
garantizamos una biodiversidad y un ecosistema equilibrado, tendremos
garantizado los beneficios y alimentos que nos ofrecen las plantas
-Si
mantenemos limpias y frescas las aguas de los ríos, acuíferos y
mares, nos aseguraremos que el agua que circula por nuestras venas y
arterias sea óptima para nuestro cuerpo.
En
este sentido, nuestra
forma de estar en el mundo tiene un impacto en cada faceta de
nuestras vidas: ocio, transporte, vivienda, vestimenta o la más
importante desde mi punto de vista, nuestros hábitos alimenticios.
A
través de la educación de la ciudadanía, de las empresas y de la
clase política se
lleve a cabo una
sensibilización sobre la fragilidad de los recursos vivos y
naturales y de su incalculable valor. No hay nada mejor que educar
desde la infancia, es
decir, si desde la
infancia
tenemos contacto frecuente y agradable con la naturaleza, en la
adultez buscaremos y nos sentiremos cómodos en ese medio. La
infancia que
ha crecido rodeado de naturaleza respetando las formas de vida que
ella hay, será más probable que valore no sólo vivir en ella o
rodeado de vegetación sino que también la promoverá, la protegerá
como el auténtico tesoro que es.
Recetario de Activos en Salud La Zubia (Granada) |
Toda
una serie de retos, que se pueden abordar desde el trabajo conjunto e
intersectorial, desarrollado en cada municipio de Andalucía adherido
a la Red
de Acción Local en Salud (RELAS) ,
y más concretamente en el municipio en de La Zubia, teniendo en
cuenta, el amplio potencial medioambiental del que se puede
disfrutar.
Autor:
Tomás Quirosa Moreno
Psicólogo
y coordinador
técnico Grupo Motor RELAS
Ayuntamiento La Zubia (Granada)
Para más información: hola@metodoquirosa.com/www.metodoquirosa.com
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