Hoy recibimos en nuestro Blog a una invitada de lujo, una persona de referencia en el salubrismo, que aúna la experiencia académica y profesional en salud pública, con su trabajo político en el ámbito local. Se trata de la cordobesa María Victoria López Ruiz (@vickyloru), licenciada en Medicina Familiar y Comunitaria, Máster en Salud Pública y Gestión Sanitaria y asesora y docente externa de la Escuela Andaluza de Salud Pública. Desde 2015 es, además, concejala en el Ayuntamiento de Córdoba, co portavoz en Ganemos Córdoba y miembro del consejo municipal de las mujeres. Se ocupa entre otros temas, de lo relacionado con bienestar social, deportes, juventud, educación e infancia, salud y consumo, igualdad y participación. Hoy, y aprovechando el mes de marzo y el 8M, Día Internacinal de las Mujeres, nos habla de los roles de género y su representación excluyente en los espacios público y privado, es decir, en la ciudad y en el hogar. Mil gracias @vickyloru por tu participación en @AndalucíaRELAS y por tu apuesta por "tejer salud desde lo social y lo político", una forma clave para #localizarlasalud.
No cabe ninguna duda que el género influye en nuestra calidad de vida y, con ello, en nuestra salud. El modo en el que el género determina nuestra salud ha sido puesto de manifiesto por los diferentes modelos de determinantes sociales de la salud y por diferentes marcos teóricos. De esta manera, según la autora Mari Luz Esteban hay 3 factores que inciden en que el género sea un factor fundamental a la hora de definir nuestra salud:
- La división sexual del trabajo y la asunción por parte de las mujeres del trabajo reproductivo.
- Las estructuras de poder que recaen sobre las mujeres.
- Identidades, socializaciones y representaciones del género.
El género en el ámbito local
Las ciudades configuran nuestro imaginario social. Día tras día, atravesamos calles, barrios, parques, etc que determinan nuestra formas de vivir y de relacionarnos. Pero éstas no son neutras. Tanto las distintas formas que tenemos de interaccionar con el entorno como la configuración de éste vienen condicionadas por aquellos determinantes sociales que nos atraviesan y por los ejes de desigualdad. Por ejemplo, cuando hablamos de espacio físico, los roles de género también se reproducen quedando éste dividido en dos espacios principales: la ciudad y el hogar. Esto quiere decir que los espacios se piensan de manera excluyente a partir de la dicotomía espacio público-espacio privado. Según esta manera dicotómica de entender los espacios, el espacio privado (hogar) es el espacio de la reproducción y los cuidados, mientras que espacio ciudad es aquel en el que se ubica el trabajo productivo. Esto unido a un menor acceso a los llamados determinantes intermedios como la vivienda, el empleo, ingresos y situación socioeconómica hacen que generalmente el ámbito local sea un espacio hostil para las mujeres.
Por todo ello, intervenir de manera efectiva en la reconfiguración del espacio público para introducir espacios de cuidados y poner en el centro la sostenibilidad de la vida y no el trabajo productivo contribuye a la reducción de las desigualdades de género y con ello en el aumento del bienestar de las mujeres de las ciudades. Iniciativas de urbanismo feminista, intervenciones comunitarias orientadas a la colectivización de los cuidados o una perspectiva de género en el acceso a los recursos en los barrios serán fundamentales para conseguir ciudades más saludables e igualitarias y reducir las desigualdades sociales en salud.
Victoria López Ruiz
@vickyloru
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