La comida no se pone mala... mal@ te pones tú


El período estival, además de las ansiadas vacaciones y las fiestas populares, trae consigo las temidas intoxicaciones alimentarias. Las altas temperaturas que sufrimos permiten y favorecen el desarrollo de microorganismos en los alimentos que pueden provocar infecciones que desemboquen en importantes y graves problemas de salud. 

Estos microorganismos requieren en el alimento que en el que habitan y que podamos ingerir reúna una serie de características favorables y unas condiciones de temperatura y humedad adecuadas. Si a ello le añadimos el factor tiempo, se reproducirán de manera que pueden convertir un alimento saludable en todo lo contrario. Y en verano, la conjunción peligrosa temperatura/tiempo aumenta de manera exponencial.

La intoxicación se produce cuando estos alimentos que ingerimos cuentan con toxinas (gastroenteritis), virus (salmonelosis) o parásitos (anisakiasis). Los principales síntomas cuando hemos ingerido comida en mal estado suelen ser: náuseas, vómitos, diarrea, dolor abdominal y/o fiebre

Para intentar evitar que en la medida de lo posible este contratiempo, la OMS nos recomienda unas “reglas de oro" para abordar una correcta manipulación y conservación de los alimentos.

  • Consumir alimentos que hayan sido tratados/manipulados higiénicamente
  • Las carnes, pescados y productos de repostería deben conservarse a baja temperatura, y las elaboraciones con huevo crudo deben consumirse inmediatamente y cocinar las cantidades adecuadas para evitar sobras.
  • Consumir los alimentos inmediatamente después de ser cocinados sin dejarlos a temperatura ambiente.
  • Conservar correctamente los alimentos cocinados. Mantenerlos por encima de 60ºC o por debajo de 5ºC
  • Evitar el contacto entre alimentos crudos y cocinados para evitar contaminaciones cruzadas. Una medida recomendable es sustituir las bayetas o trapos de tela por papel.
  • A la hora de hacer la compra, dejar para el final los productos refrigerados y procurar disponer de bolsa térmica para evitar romper la cadena de frío
  • Higiene correcta de la persona que cocina y de los utensilios y superficies que utilice. Manos limpias y lavarlas habitualmente y almacenar la basura alejada de los alimentos.
  • Usar agua potable (envasada o de distribución en la red pública)

A pesar de adoptar estas medidas, es posible que en un descuido podamos ser víctimas de una intoxicación. La principal clave es la rehidratación por lo que se recomienda tomar soluciones de rehidratación orales (sueros...). No se recomiendan bebidas azucaradas ya que por su poder osmótico puede empeorar los síntomas de la diarrea.

Es importante prestar especial atención a personas más vulnerables como es el caso de mayores y menores.  Cuando cesen los vómitos/diarrea, se recomienda llevar una dieta blanda y astringente compuesta de arroz cocido, patata, caldo, sopas… y una vez que la toleremos bien, podremos ir introduciendo otros alimentos.

En el caso de que suframos fiebre de más de 38ºC o haya restos de sangre en el vómito/diarrea, debemos acudir a consulta médica. Por ello, para evitar este mal trago, es muy importante seguir las recomendaciones de conservación y manipulación de alimentos ya señaladas. ¡Feliz y saludable verano!

https://www.aesan.gob.es/AECOSAN/web/noticias_y_actualizaciones/temas_de_interes/campania_verano.htm

https://www.veranoysaludandalucia.es/2022/alimentacion/

https://www.aesan.gob.es/AECOSAN/docs/documentos/publicaciones/seguridad_alimentaria/cinco_claves.pdf


Sonia Jiménez Palenzuela 
Técnica de Acción Local en Salud.
Málaga 
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